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lunes, 24 de junio de 2013

Sueños

¡Hola! Hace tiempo que no me paso por aquí, pero como me imagino, todos hemos estado un poco nerviosos debido a la cantidad de exámenes que hemos tenido y que daban fin al curso, dando paso al verano.

Bueno, quería daros la gran noticia de que he ganado el certamen literario de mi instituto. Durante casi más de cuatro años, siempre había ganado la misma persona el concurso literario, me presenté justo cuando subí a la E.S.O y la verdad, me desanimó un poco, al próximo año volví a intentarlo, pero el día de la entrega de las obras falté y no pude entregarla, volvió a ganar la misma persona, y dejé de intentarlo, por mi cabeza solo había un pensamiento <<Para que me voy a esforzar, para que mi obra no sea aceptada, para que siempre se lleve el premio la misma persona>> Y desde año, escribo para mi y para las cuatro paredes de mi habitación, me frustraba no poder mostrarle al mundo mi obra, mi esfuerzo y hasta donde podía llegar mi imaginación, frustra mucho, hacerme caso, sobre todo cuando lo que más te gusta es escribir.

Hace un año o cosa así, divagando por las aplicaciones de mi difunto móvil encontré una llamada Wattpad (la cual os nombro en mi anterior entrada) y veía como la gente escribía sus novelas y las subía, algunas más famosas que otras, eso siempre ha pasado, pero con mayor o con menos fama la gente las subía, pero no de golpe, capitulo a capitulo, tal vez uno o dos capítulos a la semana, los escritores trataban de acercarse a ti y ser amigables, ¡y hasta había un chat! Madre mía, aquello era un mundo nuevo para mi y tanto que lo era, me creé una cuenta y comencé a divagar por los cientos de miles de libros. Mi primera impresión fue indescriptible, ojos como platos, sobre todo cuando me enteré de que no son todo adultos los que escriben, sino en su mayoría adolescentes y jóvenes, que al igual que yo, amaban la escritura y querían mostrar al mundo sus novelas y me dije <<Yo no voy a ser menos ¿no? Aquí tengo mi oportunidad>> Y no la desaproveché y comencé con mi primera novela The Summer of my Life, como tuvo una bastante buena acogida, decidí subir otra, Tell me you love me, con bastante buena acogida también y dos recientes, Science Love y Heart of stone. La primera novela ya está prácticamente finalizada, le queda el epílogo y poca cosa, con más de siete mil lecturas, aún estoy expectante, la segunda, aún queda mucho por terminar, pero tiene ya más de mil lecturas y las dos últimas, son las más recientes y menos conocidas, apenas con capítulos y con más de cientas de lecturas. Y bueno, después de este sermón, y después de este tiempo, decidí volver a presentarme al concurso del certamen literario, la única de mi clase para ser exactos, el día 26 abril , me dieron la noticia de que había sido la ganadora, no cabía en mi de la emoción, mi esfuerzo había dado su fruto después de tanto tiempo y de entre más de treinta personas.

Y hoy, después de tanto tiempo, cuando he sacado tiempo, he querido compartirlo con todos vosotros, aquí va, el relato ganador del certamen literario, Sueños:

Aquella tarde de invierno Ainara se dirigía hacia la vieja biblioteca acompañada de aquel Sol invernal que le calentaba el rostro y derretía la nieve que las nubes de la noche anterior habían dejado caer.

Abrió la gran puerta de roble con motivos barrocos que adornaba la entrada de la biblioteca, cerró los ojos lentamente para dejarse llevar por el olor que de esta emanaba, aquel olor a libros que llegaban a su nuevo hogar, el olor de aquellos otros que con el paso de las décadas continuaban allí. Largos pasillos llenos de estanterías, cada una repleta de libros, se alzaban ante ella, tentándola a coger alguno de aquellos libros que en sus entrañas guardaban, pasar las manos por las amarilleadas hojas, envejecidas por el paso del tiempo, hojas que aún conservaban ese olor.

Andando despacio y pasando las manos por las estanterías, llegó hasta la última mesa del último rincón de la biblioteca, donde el día anterior se había embarcado en una nueva aventura, entre las páginas de un libro que había seleccionado al azar de entre cientos. Abrió el libro por la quinta página pero, según pasaban las oraiones, las frases, las palabras, las sílabas, las letras y los signos de puntuación, notaba como sus ojos empezaban a escocer, sus párpados empezaban a ceder bajo el peso que poco a poco les obligaba a cerrarse, sintiendo como su cabeza comenzaba a tambalearse hacia adelante llamada por la lisa superficie de madera, acabando por sumirse en un sueño profundo, en una nueva aventura.

Altos edificios, grises y negros, adornaban el azul cielo de aquella ciudad monocroma, en la que, por más que se buscase un color, solo había tres: blanco, negro y gris. 
Los ciudadanos que aminaban por las asfaltadas aceras, como si de ajedrez se tratase, vestían de igual forma, con aquel uniforme de oficina negro con camisa blanca que nunca amarilleaba, todos con el mismo color de pelo sin importar cual fuese el color natural  de cada uno de ellos.

A la salida de un oscuro callejón abandonado se encontraba Samuel, un joven que no destacaba por su físico, ni por su inteligencia, solo por sus ideas y ansias de libertad, sus ropajes de vivos colores resaltaban ante los oscuros trajes de los demás, sus desganas ante cualquier actividad y la rebeldía a negarse a realizar lo mismo que los demás, le caracterizaban.

Echó  a caminar por aquella abarrotada acera bajo la atenta mirada de los transeúntes y el desprecio de muchos otros que se apartaban de su lado, mirándoles con una ceja levantada, Samuel reía deseoso de libertad. Sus padres siempre le reprendían por su actitud y se negaban a salir en público con él pues, su mayor preocupación era, el qué dirán.

Se dirigía hacia el juzgado donde, meses atrás le habían citado por su actitud rebelde, en ese día se anunciaría la sentencia a la que debía someterse que, según altos cargos, no permitía el normal desarrollo de la sociedad y de las actividades de esta.

El juicio transcurrió de forma lenta y metódica, cientas de personas le miraban con desprecio, él, simplemente se dedicaba a asentir frente a las acusaciones que el juez dictaba. Cuando el juicio llegó a su fin, se firmó la sentencia, el exilio, lejos de la ciudad, a todos lados y a la vez a ninguno.

A la mañana siguiente, sin despedirse de nadie, Samuel se encaminó hacia el bosque de las mil fantasías donde, viejas leyendas contaban que, viejos leñadores se adentraban en el corazón del bosque en busca de buena leña con la que alimentar sus chimeneas y, en el camino de vuelta desaparecían y jamás volvían a sus hogares.
Nunca supo si creerse aquellas historias que enseñaban en las escuelas, pero en ese preciso momento supo que no lo supo que no lo haría, aquel bosque que se alzaba ante él, con grandes arboles y flores no podía albergar en su interior nada maligno.

Camino durante horas sin rumbo alguno, perdido en aquel bosque por el que comenzó a andar en círculos, el Sol comenzaba a ocultarse dando paso a na noche cerrada y oscura, iluminada únicamente por la luz de la luna, decidió buscar rápido un hogar.

A lo lejos fue capaz de divisar una cueva de la que, tenuemente emanaba una rojiza luz que centelleaba. Se acercó a la cueva con pies de plomo y pudo  observar una hoguera que poco a poco consumía la madera transformándola en cenizas. Samuel extrañado observó como seis personas se alimentaban de algún indefenso animal que había caído en sus trampas para más tarde ser degollado y despellejado, a continuación ser lanzado al fuego de la hoguera y ser engullido por aquellas personas.

Entró en la cueva sin ser invitado tan siquiera a ello, las personas que allí estaban residiendo alzaron su mirada para segundos después volver a concentrarse en su comida, la cual para aquellos, sería un manjar.

Una vez terminaron de degustar aquel manjar del cual ahora apenas quedaban los huesos del animal, se levantaron para sentarse frente a Samuel, el cual no había pronunciado palabra. No esperó a ser invitado a hablar, pero aún así comenzó a relatar su historia, sus deseos, como su sueño de ser piloto de aviación se había visto frustrado cuando sus padres le comunicaron que debía dedicarse el resto de su vida a atender llamadas telefónicas de gente quejica que solo miraba por sí mismos, ante aquella idea su cuerpo sufría escalofríos y se negó en redondo, fue entonces cuando comenzó su rebeldía la cual le había llevado al exilio.

Aquellas personas también se abrieron a él y le contaron como ellos también habían sido expulsados de su ciudad por ambicionar lo mismo que él, una libertad que les permitiese alcanzar sus sueños y además poder vestir coloridas prendas con coloridos peinados, y entonces, por aquello que ambicionaban todos aquellos que fuesen expulsados de sus ciudades por alcanzar sus sueños, serían acogidos de buen agrado.

Cada vez más personas se unían a aquella nueva rebelión que había surgido con el exilio de siete de ellas, y que habían acogido al bosque como nuevo hogar, altos edificios se sustituían por árboles y prados, personas de distintas ciudades se acercaban a la de Samuel para comprar prendas blancas para más tarde teñirlas de vivos colores con las cual vestir.

Una soleada mañana de invierno, como la del juicio celebrado hace ya dos años, Samuel decidió que era hora de abandonar aquello que se había convertido en su hogar en tan poco tiempo, para emprender un viaje a lo largo y ancho del mundo y poder conocer más allá de lo que cual quier barrera pudiese impedirle ver.

Paseó por las calles sin asfaltar repletas de niños que le saludaban y le ofrecían jugar con ellos, pero él se negaba educadamente alegando que debía marchar allá donde su espíritu de piloto le pidiese, los pequeños extrañados asentían sin entender y continuaban con el juego.

No recogió sus cosas y tampoco nadie le vio salir de la pequeña aldea a la que habían bautizado en honor a aquel exilio que les había ofrecido todo cuanto gustaban: Libertad.


A primera hora de la mañana siguiente se levantó donde había acampado para seguir su marcha hacia el claro que se encontraba en lo más profundo del bosque, y mientras continuaba su marcha, pensó donde iriía primero, deseoso de ir a todas partes, sin un rumbo fijo, sin un orden que seguir, quería apreciar la belleza de Roma y la vez la de Singapur.

Pasaban las horas y aún no sabía lo que haría, su tiempo comenzaba a agotarse, desesperado se tiró junto a una roca y comenzó a barajar opciones, nunca podría viajar a todos lados, era un lujo demasiado costoso para él pero, como si una bombilla se hubiese encendido en su cabeza, supo lo que iba a hacer, iría a todos lados, sería su propio piloto.

Comenzó a correr hacia el corazón del bosque donde se encontraba el claro, al que llegó justo antes de la caída del Sol.

-Toda realidad experimentada es una ilusión por el mismo ser que la vive- sentenció antes de que el último rayo de sol despuntase en el cielo y todo se sumiese en una densa oscuridad interrumpida por la tenue luz de la luna y por el cielo salpicado de estrellas, cientas de gaviotas emprendían su viaje hacia una parte distintas del ancho mundo, dispuestas a conquistar allí donde fuesen.

La pequeña Ainara se sobresaltó y calló de la silla donde se encontraba sentada, se levantó despacio sopesando el sueño que acababa de tener, le había parecido demasiado real.

Cerró el libro con páginas amarilleadas, pasó sus pequeñas y delicadas por el lomo marrón, su portada y su contraportada recordando el último momento de su sueño, negó ligeramente con una sonrisa en el rostro y dejó el libro en la estantería, en el sitió al que pertenecía, sobre su libro marrón con desgastadas letras doradas se podía apreciar: Juan Salvador Gaviota.


Y bueno, esto es todo, espero que os haya gustado, espero con ansia vuestros comentarios ¡Un Beso!

2 comentarios:

  1. Ya entiendo por qué has ganado jejejeje
    He leído muchos de los relatos que se presentaron, pero ninguno como el tuyo. ¡¡Me gusta muchísimo!!
    Sobretodo la reflexión del final, <>
    Me encanta cómo escribes y espero que sigas subiendo cosas así al blog.
    Como te dije el otro día, aun sigo intentando poner en orden mis pensamientos y centrarlos en un texto con sentido, pero cuando lo consiga, te avisaré ;)
    Un beso gigantenormeee

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    Respuestas
    1. ¡Oh muchisimas gracias! Me alegro mucho de que al final te gustara y de que por fin consiguiese mi objetivo ^^

      Esperaré ese aviso eh :)

      One kisss :D

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